Entrevista a Santiago Arranz: «Quería crear un lenguaje propio»

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Santiago Arranz, uno de nuestros artistas aragoneses más emblemáticos. Ha ido dejando huella en varios edificios y paisajes de Aragón, creando un arte diferente tratando de pintar con su propio lenguaje. Arquitectura, escultura, pintura, nada se le resiste, su arte es adaptable a todo tipo de estilo. Sus obras son inconfundibles, cargadas de una gran simbología. A través de esta entrevista, los usuarios podrán concocer a fondo la carrera artística de Santiago Arranz.

1. Ser artista no es fácil, y mucho menos en una tierra en la que no hay demasiada concepción de cultura y arte. ¿Cómo fueron tus orígenes como artista?

Me preparé para el arte desde la cultura visual como estudiante de Historia del Arte en  Barcelona, en un momento en el que todavía no existía en Aragón esta sección.
Ser artista no es algo que se decide, y se convierte en algo irremediable si pasada la infancia persiste esa “necesidad” de la creatividad.

Empecé realizando improntas de elementos vegetales sobre objetos que había en mi casa como floreros o jarrones, al mismo tiempo que escribía una poesía  muy visual cargada  de imágenes evocadoras, en la línea de las letras de Bob Dylan, al que escuchaba constantemente, y que desembocarían en mis primeros dibujos surrealistas de los años 78-79, muy influenciados estilísticamente por el movimiento surrealista y en especial por Salvador  Dalí.

 2. ¿Cómo surgió ese estilo de símbolos y signos tan notorio en tu obra?

Durante mi estancia en Paris (1989-1995) estuve muy preocupado por las cuestiones de estilo. Quería convertir mi pintura en escritura, encontrar un lenguaje propio. Sabía que sólo con esa herramienta tendría alguna posibilidad de sobrevivir, ya que era, y soy, incapaz de moverme en los parámetros tradicionales. Mi amistad con el crítico de arte y escritor Gérard Georges Lemaire, que entonces dirigía una colección de libros de arte para el editor Henry Veyrier (Paris), va  a marcar un antes y un después en mi carrera, cuando en 1990 me encargó la realización de las letras capitulares para el diccionario del surrealismo Le monde du surréalisme, del también escritor  Gérard de Cortanze.
Aunque ya había aunado forma e idea en mis pinturas más simbolistas de finales de los 80, aún no había sido capaz de hacer desaparecer el espacio tradicional en el que se relacionaban los objetos hasta convertirlo en cartografía, poblando las superficies de escrituras, como resultado de la combinación de estas letras.

Desde entonces todos mis proyectos han partido de una catalogación simbólica del asunto a tratar y he realizado más de diez vocabularios formales diferentes, primero aplicados a la pintura como un sistema de representación: las cúpulas para la nueva sede de urbanismo de Zaragoza en 1992 o el mural de la Casa de los Morlanes  en 1995, también en la misma ciudad. Posteriormente tuve la oportunidad de incorporar los vocabularios en el  sistema de construcción de algunos edificios como la escuela de restauración Capuchinas en Huesca, 1994 o el Centro de Historia en Zaragoza 1998-2003.

Capuchinas

Rehabilitación del antiguo convento de las Capuchinas S. XVII

3. ¿En qué tipo de arte se siente más cómodo Santiago Arranz? ¿Arquitectura, escultura o pintura?

En la pintura me implico más emocionalmente que en la escultura, que es más formal o en mis colaboraciones arquitectónicas, donde el consenso y la complicidad con los arquitectos es fundamental. La pintura requiere soledad y concentración pero en contrapartida eres totalmente libre en tus decisiones que solo dependen de ti en la intimidad del taller. La escultura me exige ser preciso con la forma hasta conseguir una eficacia en la comunicación del mensaje, de lo contrario no funciona y, si además está en vía pública, es de una enorme responsabilidad, pues ha de confrontarse con la reacción de la sociedad a la que se le impone la obra, transformando su paisaje cotidiano.

Las intervenciones artísticas  en la arquitectura pública necesitan de un equilibrado diálogo entre arquitecto y artista. Lo ideal es lograr una perfecta simbiosis hasta hacer desaparecer las fronteras entre las dos disciplinas. Siempre trabajo a partir de mis propias maquetas que realizo en paralelo a la organización espacial proyectada previamente por el arquitecto, incorporando a los espacios un concepto y una iconografía que haga elocuentes los muros convirtiéndolos en  espacios culturales per se.

4. De 1986 a 1994, residiste en Francia. ¿Qué supuso esa época para tu obra?

Mi primera estancia en 1986 transcurre en Fontainebleau. El Centro Nacional de Artes Plásticas de Paris me ofreció un  taller en el entorno del famoso Château de Fontainebleau y de sus jardines. De mis paseos por el lugar  surgiría la serie pictórica Fontainebleau, serie de óleos muy matéricos y coloristas en los que se idealiza hasta la ensoñación el paisaje y la arquitectura del lugar en detrimento de la figura humana hasta  entonces omnipresente en mi obra.

El segundo periodo francés, entre 1989-1994, como ganador de la primera beca Ramón Acín, transcurre  en Paris, a donde me desplazo para estudiar Arte antiguo y clásico en el Museo del Louvre y  Arte primitivo en el Museo de Artes Africanas y Oceánicas. Y de este conflicto entre lo preclásico y lo clásico y de mi voluntad permanente por unir ambos conceptos continúa nutriéndose mi obra que en ese período, a finales de los 80, con el uso de los pigmentos en polvo y los pasteles sobre tabla, se hace más austera y concentrada,  poblándose de imágenes  míticas de otro mundo, como una huida de la realidad. Es el momento de las Ciudades Invisibles, 1990, que convierten  la ciudad en  un lugar de reflexión sobre la existencia.

5. Desde los años 80, podemos ver exposiciones tuyas tanto individuales como colectivas por todo el mundo. ¿De todas estas exposiciones hay alguna que haya marcado un antes y un después en tu carrera?

La inclusión por parte del comisario de arte Pablo J. Rico para participar en la IV Bienal de Oviedo, en 1984, me sitúa en el mapa del arte español del momento. Años después, la exposición De la vida a la nada en el Castillo de Valderrobres 2005, inauguró un nuevo ciclo en el planteamiento de mis exposiciones que se hacen más complejas y ricas, tanto en el uso de los conceptos como en el de los materiales  y técnicas. Esa heterogeneidad  prevalece hoy en día.

 6. ¿En qué lugar te gustaría exponer, que no lo hayas podido hacer todavía?

Me enfrentaría a cualquier espacio, por complicado que este fuera.
Pienso en la sala de turbinas de la Tate modern en Londres. Hay  realmente espacios difíciles de dominar y que suponen un enorme desafío  para los artistas.Lo importante es que nunca tenga que enfrentarme a  nada para lo que no esté preparado. Sufriría yo y mi obra, si no fuese  capaz de adecuar mi poética  al espacio. La lonja ha sido una buena  experiencia en la que he aprendido algo más, al plantear esta conexión  entre la obra y el espacio.

7. En la actualidad podemos ver algunas de tus obras en el Palacio de La Lonja en Zaragoza (España) hasta el 8 de enero de 2012, exposición titulada “Santiago Arranz, una y otra realidad”. ¿Cómo surgió este proyecto?

En 2009-10, acababa de exponer El discurso de lo real en Bogotá y Cali. La idea que animó este proyecto fue trasladar a Colombia algunas de las obras derivadas de realizaciones en espacios públicos, al tiempo que mostraba y daba a conocer estos espacios inmuebles en los que había intervenido ayudado de fotografías. Explicaba entonces que eran trabajos a partir de las ideas y no de los sentimientos. Así que faltaba la parte más visceral e intimista de mi realidad para completar mi autorretrato. Fue así como surgió Una y otra realidad.

Santiago Arranz

8. ¿Qué sientes al ver tu obra en algunos de los lugares más emblemáticos de Zaragoza (España)?, como por ejemplo la decoración de la fachada del Edificio Center Plaza de la calle Alfonso, o las esculturas y relieves del Centro de Historia.

Siento un enorme agradecimiento a los arquitectos Antonio Sanmartín, (Capuchinas, Huesca 1994) y J. María Ruiz de Temiño  (Centro de Historia y Business Center Plaza 14, Zaragoza 1998-2003 y 2006), respectivamente que me ofrecieron trabajar en sus proyectos, confiando en mis conceptos y en mis vocabularios. La arquitectura me ha convertido en un artista nuevo que ha explorado las posibilidades de su lenguaje en el espacio-tiempo reales, lo que supone un inestimable bagaje para todos los desarrollos actuales de mi trabajo, incluida la pintura.

Puerta del arpa

Puerta del arpa. Ayuntamiento Castejón de Sos (Huesca)

9. ¿Qué ha supuesto para tu arte la evolución de las Nuevas Tecnologías?

Mi principio de creación  es crear sin tecnologías. Quiero tener muy claro que soy yo quien crea y no al contrario. Sin embargo la aplicación de programas como Autocad o corte laser  fueron fundamentales para trasladar mis dibujos al hormigón en los enormes desarrollos murales de 5 x 50 m. en el Centro de historia.

10. Día a día van aumentando el número de galerías virtuales. ¿Qué opinas sobre este nuevo concepto?

Prácticamente todas las galerías que existen en alguna parte, también existen en la red, con sus páginas web,  etc. y aunque la relación entre el artista y su público a través de una galería o un museo prevalece clásica, la circulación de objetos artísticos y la obra seriada es mas afín a este tipo de presentación virtual.
Personalmente prefiero el contacto físico con la obra y el mundo de las relaciones personales que me haga salir del taller.

 11. ¿Hasta qué punto crees que la situación económica actual, está afectando al mundo del arte?

Por desgracia el mundo del arte es cobarde cuando las circunstancias económicas son adversas y con la crisis y los recortes se refugia en los valores seguros.
La situación todavía se complica  más, si los estados no pueden apoyar la creación.
En fin… esperemos una pronta normalización de la situación… por el bien de todos!

 Si queréis conocer más a fondo la obra de Santiago Arranz podéis visitar su página Web:

 http://www.santiagoarranz.com/

Beatriz Casalod